Efectivamente, yo mismo llegué a considerar en algún momento la viabilidad de legalizar las drogas como alternativa de solución al problema de la violencia y corrupción que genera.
Sin embargo y de bote pronto, a raíz de un comentario relacionado al tema y sin mucho proponérselo, el Cardenal Lozano Barragán me aclaró en un instante el panorama. Su planteamiento es irrebatible:
"El crimen organizado es y seguirá crimen organizado. Con legalización de drogas o no. Estas solamente representan una parte de sus ingresos. Ahí tenemos los secuestros, los asaltos, las extorsiones, la trata de personas...".
El Cardenal tiene toda la razón.
Es además de filósofo preclaro y teólogo consumado, un Cardenal tremendamente contemporáneo.
He tenido la fortuna de escucharlo y convivir en lo corto con un príncipe de la Iglesia, de esos que trascienden.
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