sábado, febrero 28, 2015

Gobernadores floreros



El término in es privativo. Significa que no existe, que no hay, que no es. Por eso Gabino Cué, Rogelio Ortega y Salvador Jara encajan perfectamente en este calificativo, pues no le son en absoluto útiles ni a Oaxaca, Guerrero y Michoacán, sus estados respectivamente. Carecen de utilidad. Si acaso su papel pareciera ornamental. Unos floreros pues, no más.
Al segundo, la CETEG y el Ayotzinapa’s Fan Club, verdaderos nidos de delincuentes, lo tienen paralizado de miedo. Y la CNTE les juega el dedo en la boca a los tres. Total, que siendo su competencia y responsabilidad sancionar los delitos del fuero común (robo, asalto, secuestro) se excusan, se esconden y evadiendo su responsabilidad dejan que estos parias sociales hagan del delito modus operandi y modus vivendi.
Ya lo había yo mencionado, un gobernante tiene esa como principal obligación: gobernar. Garantizar la seguridad de sus gobernados. Es la premisa en la teoría del Estado. Y recurrir al uso de la fuerza pública en caso de que sea necesario. Es un derecho de los ciudadanos.
Pero no.
Inmersos en la dejadez, estos tres floreros tienen a sus estados de rodillas. Sus estudiantes abandonados a la buena de Dios al igual que los comerciantes, empresarios, el turismo, los transportistas. Un caos. Un desgobierno.
Acomplejados por el moderno absurdo que padecen cada vez más gobernantes, sus cerebritos desarrollan un virus que toma forma de axioma: no se puede imponer el orden social recurriendo a la fuerza pública porque esto necesariamente vulnera los derechos humanos (de los delincuentes, cabe decir).
Nada más lejos de la realidad.
Ya el presidente Peña Nieto les acaba de advertir esta misma semana que dejen de nadar de muertito. Así tal cual. No se vale que su ineptitud la evadan achacando a la federación responsabilidades que no le corresponden.
Están ahí para gobernar. Exclusivamente para eso. Si sienten que su vocación es otra, digamos, la de ser floreros, pues que dejen el cargo y que permitan que sus estados crezcan en un marco de seguridad y paz social, que tanta falta les hace.
Total, si lo que les impide dejar el cargo es el jugoso ingreso, que les generen una plaza con una quincenita decente bajo el puesto de “Florero Ornamental”.
Más beneficiosos serian para sus estados bajo este estatus.

martes, febrero 24, 2015

Las batallas Bashar Al-Assad y el pueblo sirio


Bashar Al-Assad es el presidente de Siria desde el año 2000. Médico con postgrado en oftalmología por el hospital Saint Mary en Londres, habla árabe, inglés y francés. Su esposa Asma Al-Assad de origen sirio, es también ciudadana británica y domina los mismos idiomas de su marido, además del castellano. El proviene de la etnia alauita y ella de la sunita, en un país mayoritariamente chiíta.
Hijo de Hafez Al-Assad, fue preparado rápidamente para asumir el cargo, pues Basil, su hermano mayor, falleció en un accidente automovilístico.
Al igual que su padre, es miembro del Partido Baath Árabe Socialista que se mantiene en el poder desde 1963.
Como en todo régimen perenne, a su padre se le atribuyen excesos en detrimento de los derechos humanos, la mayoría de las veces magnificados por Estados Unidos y la Euro OTAN que nunca han visto bien la cercanía de la clase gobernante siria con Rusia e Irán.
Al rey Hussein de Jordania, aliado de occidente e Israel, se le justifica todo. A Bashar Al-Assad todo se le condena.
En los hechos, Bashar Al-Assad ejerce un gobierno conciliador y respetuoso con las religiones y etnias milenarias que se asientan en su país: islamista él, protege a los sirios, ya sean sunitas, chiítas o alauitas del asedio terrorista de Al-Qaeda y el ISIS. Y ejerce la misma protección con los cristianos coptos, ortodoxos y católicos.
Su gobierno inicialmente fue de apertura económica. Mejoró las relaciones internacionales. Su apoyo a la causa palestina y no haber apoyado la descarada intervención militar de Estados Unidos en Irak le valieron críticas sistemáticas de la prensa occidental.
Recientemente su marcada cooperación con Rusia en materia energética ha sido la causa de que el país de las barras y las estrellas infiltre, financie y arme a los rebeldes sirios con el fin de derrocarlo. Todo sea por el petróleo.
El lector común y corriente de la prensa occidental escuchará que Bashar Al-Assad es un gobernante obstinado, poco preparado, a la usanza antigua, dictatorial. Nada más lejos de la realidad, como aquí he demostrado.
La propaganda negra no es tan grave. En cambio sí lo es el hecho de que, desafortunadamente y como ha sucedido antes, estos grupos subversivos financiados y entrenados por la CIA norteamericana y el Mossad israelí terminan operando por su propia cuenta, transformándose en sofisticados y hábiles grupos terroristas, fanáticos y letales. Justo como lo que ahora ocurre con ISIS (Estado Islámico) que recibió este tipo de adiestramiento.
Así las cosas, Bashar Al-Assad enfrenta un escenario nada sencillo: por un lado tiene que controlar los brotes y escaramuzas de los rebeldes sirios que han comprado una ambición ajena de poder y petróleo. Por otra parte y en medio de esta división interna, ha de combatir firmemente el terrorismo de ISIS en su país. Sin apoyo de occidente, tampoco lo ha exigido a Rusia ni a China.
Y mientras su ejército lucha en estos dos frentes, en las ciudades donde aun prevalece la paz y tranquilidad, el presidente, su esposa y la sociedad civil siria trabajan en conjunto y se organizan para dar asilo, refugio y protección a las minorías étnicas y cristianas mas alejadas, que sufren el embate constante de los rebeldes y los terroristas de ISIS, verdaderos criminales.
Insisto, poco de esto se conoce en occidente. Los medios de comunicación también son leales a sus gobiernos y les hacen propaganda, mientras se ejerce una verdadera injusticia con Siria y su pueblo.
Démosle una oportunidad a las fuentes alternativas de información, que nos ofrecen una perspectiva diferente y que nos ayudan a entender mejor los eventos globales, tal como lo hace RT. Las redes sociales son también un medio valiosísimo para conocer de viva voz de las familias sirias las dificultades que atraviesan y lo tergiversado de las noticias que se difunden.
Yo sinceramente le deseo el mayor de los éxitos a Bashar Al-Assad en su lucha contra el terrorismo y la calumnia.

jueves, febrero 19, 2015

Una renuncia y la democracia


Hasta diciembre de 2012, el PAN contaba con un millón 868 mil 572 militantes entre activos y adherentes. Tras el proceso de refrendo ese mismo mes, el padrón se redujo a 379 mil. Apenas el 20% del total.
Explicaciones hay de chile, mole y pozole. Desánimo de unos por haber perdido la Presidencia, otros la chamba, lo engorroso del trámite en sí, que muchos ni se enteraron, difuntos en listas, etc.
El caso es que esa militancia quedó en el limbo. En el limbo, pero fuera del partido. No fueron expulsados pero tampoco renunciaron, porque aun los que conscientemente no acudieron a refrendarse (como si fueran engomados de carros), rechazaron una ocurrencia, una puntada con forma de trámite.
Muy distinto es la renuncia. Renunciar a un partido implica hacer constar que no se coincide con sus estatutos, con la operación del mismo o hasta con su dirigencia. Es un asunto más de forma política que de fondo ideológico.
Quienes renuncian lo hacen por así convenir a sus intereses, ya sea registrarse en otro partido, no tener impedimento en participar en organismos electorales a futuro o cumplir la normatividad y convertirse en candidatos ciudadanos. O por el bien del negocio y el patrimonio propios.
Si te expulsan es porque de plano eres un insidioso dolor de cabeza. Es como el metiche que no teniendo vida propia en su propio muro de Feis se mete a los muros ajenos a jorobar al autor de un comentario. Lo hará un tiempo, pero después terminan por bloquearlo. Están en su derecho.
Les traigo a colación estas consideraciones luego de conocer la renuncia al PAN del precandidato  a alcalde en Zamora que no se vio favorecido en la contienda interna. Sip, el que perdió.
Habiendo arrancado seis meses antes, a veces de forma más discreta y muchas veces menos, no le alcanzó. No se percató que siendo el delfín de quien lo era, empezaba mal. El descarado y burdo placeo donde igual inauguraba calles, entregaba juguetes, uniformes, apoyos, sonrisas… todo a nombre de su emocionada mecenas, se veía mal. El director de un organismo descentralizado del Ayuntamiento, haciéndola de personero de la alcaldesa con todo el aparato municipal a su servicio. No, pues no. Tan no, que ni siquiera valieron esta vez los mensajitos que el junior disfruta enviar el día de la elección interna a todos los panistas en nómina. En las penumbras los envió y en las penumbras se quedó.
Y paso lo que tenia que pasar. Renunció. No hay que tener dos dedos de frente para darse cuenta que de haber ganado, se hubiera quedado. Debe ser difícil asimilar que ya no se tiene el poder que se gozaba en tiempos del señor de las manos limpias. Ya no es lo mismo. Ni para el ni para ella, que ha optado por desquitarse con quienes puede y de la forma más ruin: quitándoles el sustento.
Desafortunadamente, esta historia suele repetirse en todos los municipios del país, mas allá de ondas gruperas o de los colores que los administran. Forma parte del debate sobre la decadencia de los partidos políticos en todas las sociedades. 
Por lo pronto, la única forma en que podremos quitarnos esta retrógrada práctica es, para quienes militan en un partido, insistir y defender elecciones internas libres; y para quienes no, alentar las candidaturas independientes y ciudadanas.
Solo así podremos construir una sociedad viable, justa y representativa. Democrática pues. Sin dados cargados.