El fenómeno ya se había venido
presentando en elecciones anteriores en algunos estados y Michoacán no fue la excepción.
En el año 2011 a no pocos llamó la atención
que en Morelia el candidato a alcalde del PAN obtuvo cerca de 60 mil votos más
que su compañera de partido que aspiraba a la gubernatura. Si el voto hubiese
sido lineal por partido, hoy ella estaría por entregar el estado.
Pero el
hubiera no existe y el voto diferenciado sí.
Soy de los que creen firmemente que en
el proceso de junio próximo, asentará
sus reales como norma general esta manera de votar por parte de los ciudadanos
en donde su elección no se basa solamente en el partido sino en otros
elementos, como el candidato en sí y el cargo a que aspiran.
Esta aseveración parte de cuatro características
que a mi modo de ver, convergen este año electoral en el estado.
Primera. Los michoacanos tendrán por
vez primera elecciones concurrentes. Votarán por gobernador, diputados locales
y presidentes municipales. Y por diputados federales. Parece tentador entregar
toda la canasta a un solo partido. Pero también suena a exceso. Más aun cuando…
Segundo …los partidos políticos enfrentan
no solo un desgaste, sino un rechazo generalizado de la sociedad. Hace tres
años los diputados eran los apestados en las encuestas. Ni las policías habían caído
tan bajo. Hoy lo son los partidos. El PRI tiene su historia, pero el PAN y el
PRD se lo han ganado a pulso, cayendo en un mimetismo donde el fondo y forma de
cada uno de ellos ya no es ni siquiera distinguible. ¿La chiquillada? Ellos
felices, convertidos en feudos familiares unas veces y en meretrices de la
conveniencia otras. De ahí que para votar por partido, se la ponen realmente
complicada al elector.
Tercero. La división interna en los
partidos, que pareciera que olvidaron que la esencia de sus organismos es ganar
elecciones, apostando antes por la desaparición del rival interno. La norma es
bloquear candidaturas a los compañeros adversarios. Y las que se conceden, que
sean para que pierdan. Por eso vemos a
priístas y panistas llamando a votar por Silvano y a perredistas llamando a
votar por Luisa María de la misma forma que candidatos a alcaldes y a diputados
locales y federales, propuestos por el mismo partido, trabajan a favor de otros
en la práctica. Muy kafkiano si gustan, pero es una actividad que no sorprende
a nadie. Y se va a notar en las boletas.
Cuarto. Los independientes y el
abstencionismo; ambos como expresión de hartazgo. La apertura a las
candidaturas ciudadanas fue muy cacareada por los partidos, quienes les dieron una
mediática bienvenida. Obviamente y ya estando adentro, les han dado de palazos
desde la clandestinidad. Son pocos los sobrevivientes. Pero los hay.
Quizás el más destacado es el caso
de Alfonso Martínez, aspirante por la vía independiente a la presidencia
municipal de la ciudad capital que como quiera que sea, ahí la lleva. Reconozco
que antes no le daba muchas posibilidades; hoy le concedo todas. Será un
parteaguas.
El abstencionismo por su parte,
siempre ha sido alto en el estado. Habrá que sumarle el voto nulo.
Por eso afirmo que este año el voto
diferenciado será cosa común en Michoacán y en todo el país. Esto les complica,
y mucho, el análisis histórico-electoral a los partidos políticos. Elección
tras elección estudian su voto duro y el voto flotante o voto blando por partido.
Ya no será así. Ahora estos datos
han de plasmarse en una matriz con los mismos parámetros que venían estudiando,
solo que ahora por nivel de competencia y por candidato, desde alcaldías hasta
la presidencia de la república.
Y bueno, a lo mejor ni siquiera les
alcanzan los tiempos a los partidos para practicar esta nueva metodología probabilística
cuando sean rebasados por el éxito de las candidaturas independientes y entonces
sí, sean estos últimos quienes tengan que desarrollar tales menesteres.
Total que este escenario es conocido
a la perfección por el votante que habrá de ejercer su derecho elegir en junio.
Es un ciudadano con perfil joven, informado, para quien la alternancia siempre
ha existido y que considera a los partidos políticos un elemento más de la
troika en el poder.
Lograr que acuda a las urnas es un
logro para los partidos.
El voto es la savia para a
partidocracia. No importa que sea diferenciado, mientras dure y antes que los
ciudadanos se lleven la fiesta a otra parte.
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