miércoles, marzo 25, 2015

Elecciones Michoacán - Cap. III - (E)Lecciones desde Colima



En Colima las campañas a gobernador iniciaron el primer fin de semana de marzo. En Michoacán lo harán el primer fin de semana de abril.
En el estado del Rey Colimán el bipartidismo es un hecho; la competencia es dura entre el PRI y el PAN. Nunca ha perdido la titularidad del ejecutivo estatal el primero y el segundo estuvo muy cerca de arrebatarle esa hegemonía en 1997 con Enrique Michel.
Consciente de su entonces ajustado triunfo, Fernando Moreno Peña no perdió piso. Al contrario. Entendió muy bien los tiempos y encabezó un gobierno orientado a resultados. Impulsó la inversión en infraestructura, inició la digitalización de los servicios públicos y consolidó la seguridad en el estado. Gobernó con mano firme, reagrupó el grupo político de la Universidad en torno suyo y evitó minimizar a la oposición.
Al final de su gobierno, el PRI había recuperado varias de las presidencias municipales que ya le había arrebatado el PAN.
Con el tiempo y hasta la fecha, se consolidó en el gobierno del estado el PRI de Moreno Peña y la Universidad.
La alternancia por otra parte, se arraigó en el Congreso estatal y en las alcaldías. Colima, Manzanillo, Villa de Álvarez, Comala y Tecomán han sido gobernados por militantes de uno y otro partido, a quienes esta experiencia les ha permitido construir una carrera y un liderazgo propios en sus respectivos partidos y en la sociedad.
No es pues de extrañar que como consecuencia de esta efervescencia política, el escenario electoral para este 2015 llega acompañado un fenómeno interesante: ya no solo brincan de un cargo público a otro, también de partido. Como que los espacios no alcanzan.
Leoncio Morán fue alcalde de la capital y luego diputado federal, ambos por el PAN. Hoy busca ser gobernador por Movimiento Ciudadano.
Esmeralda Cárdenas fue diputada local y federal por el PAN y ahora busca ser alcaldesa de Colima por el PVEM.
Nabor Ochoa es un verdadero maestro en estas artes. Fue diputado local por el PRI, posteriormente alcalde de Manzanillo y diputado federal por el PAN; regresó como alcalde de Manzanillo, ahora por el PRI, y de ahí pasó a ser diputado federal por el PVEM. Hay que reconocerle que todos los cargos los ha ganado por mayoría.
Estos reacomodos a quien finalmente le restan son al PAN y su candidato a gobernador, Jorge Luis Preciado. Un número significativo de exalcaldes que en su momento rindieron buenas cuentas, ahora participan en otros proyectos políticos, compitiendo y restándole votos al nicho de mercado albiazul.
Y por si fuera poco, el desaseo con el que procesó Madero la definición de su candidato a gobernador alejó aún más las posibilidades de lograr la tan anhelada victoria.
Me explico.
El panismo colimense venía trabajando de tiempo atrás la candidatura al gobierno del estado en la persona del alcalde de Manzanillo, Virgilio Mendoza. Para febrero de este año, prácticamente todas las corrientes habían cerrado filas en torno suyo. Las encuestas lo colocaban en una posición envidiable, como después lo reconocería el propio Jorge Luis Preciado. Sin embargo, el que hubiera apoyado en su momento a Ernesto Cordero para dirigir su partido hizo que Madero asumiera, equivocadamente, que el proyecto de Virgilio era proyecto de los calderonistas. No hubo quien le explicara al jefe nacional que esto no era así y Preciado no lo iba a hacer. Y vino entonces el desplante.
La facultad para designar permite entre otras cosas, asegurar candidaturas afines al proyecto del jefe nacional en turno. En el PAN y en todos los partidos.
Y como Preciado le hablaba al oído a Madero y no Virgilio, pasó lo que tenía que pasar: se designó al primero candidato a gobernador y relegaron al segundo a un premio de consolación -anunciado el jueves 5 de marzo- de una candidatura a diputado local plurinominal. Para el lunes 9 Virgilio les corrió la cortesía anunciando que no, que muchas gracias, que ya estaba inscrito como candidato a diputado federal plurinominal por el Partido Verde. Y de paso anunció que apoyaría a su amigo y candidato del PRI al gobierno del estado, Ignacio Peralta.
El agravio no era para menos.
Por todo esto resulta poco más que probable que el economista del ITAM y Maestro por la Universidad de Essex sea el próximo gobernador de Colima, cobijado por el PRI y el Partido Verde. El hombre es capaz, salió de un proceso interno donde no hubo mayores inconformidades y ahora le abona una oposición dividida.

Numeralia.

En Michoacán, las campañas electorales para presidente municipal son de cuarenta y cinco días y las de gobernador sesenta. Algún ajuste debe hacer el Instituto Electoral de Colima, que estipula noventa días para hacer campaña a gobernador en un estado cuya población total es menor al número de habitantes del municipio de Morelia, solo por mencionar un dato.

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